Beatriz Suárez, la madre de todas las reporteras gráficas del Perú.

Beatriz Suárez, “chalaca de nacimiento y de corazón", supo en ese instante que ser la primera mujer reportera gráfica del Perú implicaría más que un reto profesional.

Entonces hizo visible la fortaleza que la caracterizaba para poder afrontar el machismo y el desdén de sus colegas.
“Mis colegas no me miraban bien. Me parecían graciosas sus frases misóginas, pero luego me aceptaron, por suerte, como una colega más”, nos cuenta tratando de controlar los temblores de su mano, debido a una enfermedad hereditaria.
Beatriz se atreve a darles un consejo a los nuevos fotógrafos que desean incursionar en el periodismo. “Les diría a los nuevos fotógrafos que aprendan a ver: desde una niña sentada en el suelo, hasta la mirada de una persona caminando por la calle. Cuando uno aprende a ver, recién podemos capturar una imagen con una cámara fotográfica”.

Presa de la emoción, por saberse la única en el suceso, vende las fotografías en calidad de primicia para un diario local. Admite que con el dinero que le pagaron solo podía comprar un chocolate, pero la satisfacción profesional fue tanta que no se podía monetizar (hay cosas que el dinero no puede comprar).
Y las primeras letras del periodista que escribió la crónica policial fueron: "Ha nacido una reportera gráfica". La noticia no fue el accidente. La noticia fueron las fotos en calidad de primicia. “Y es así que empecé en el mundo del periodismo”,

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