Las protestas antimonárquicas sacuden Tailandia
Los manifestantes han convocado una huelga general para el próximo 14 de octubre.
“Este país pertenece al pueblo y no es propiedad del rey como nos han hecho creer”, son las palabras que rezan una placa colocada en inmediaciones del Gran Palacio de Bangkok el domingo pasado en medio de manifestaciones. La placa fue retirada por las autoridades, quienes han advertido que es un delito, pero esto no amilanó a los protestantes antimonárquicos.
Estas protestas empezaron hace un par de meses como una protesta estudiantil rezagada a los campus universitarios y ha ido convirtiéndose con el paso de las semanas en una movilización nacional que incluye sectores diversos como los campesinos y las clases medias y bajas. Este último fin de semana, los tailandeses se congregaron en la capital para protestar contra el gobierno y la monarquía.
Las demandas son las siguientes: aprobación de una constitución más democrática, dimisión del general Prayuth Chan-ocha y reforma de la corona tailandesa. Estas peticiones fueron enviadas a la Casa Real, pero es casi improbable que llegue a manos del monarca Maha Vajiralongkorn, quien no reside en su país natal, sino en Alemania.
La monarquía tailandesa siempre fue intocable. El padre del actual rey, Bhumibol, supo sortear todos los obstáculos para permanecer al frente como jefe de estado (débiles gobiernos, sucesivos golpes de estado, dictaduras militares). No obstante, a diferencia del anterior monarca, el actual no goza ni del cariño ni del respeto del pueblo, sino todo lo contrario.
Las protestas se mantienen hasta el día de hoy y el próximo 14 de octubre se ha convocado a una huelga general que podría significar el inicio del fin de la monarquía. Los protestantes portan un lazo blanco característico y levantan los tres dedos de la mano cada vez que suena el himno nacional en las protestas. Esto último inspirado de la película Los juegos del hambre.
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