Violenta represión policial contra damnificados que bloqueaban carretera

 

Los damnificados del Niño Costero, ubicados en el campamento del kilómetro 980 de la carretera Panamericana, fueron repelidos violentamente por la policía con bombas lacrimógenas y gas pimienta para liberar esta vía nacional que habían tomado por más de 12 horas como parte del paro del Bajo Piura.

Los principales afectados por la inundación del río en marzo del 2017 paralizaron y bloquearon varios tramos de la carretera Panamericana Norte en rechazo al uso de las geobolsas como mecanismo de protección en el dique izquierdo, el cual evita las inundaciones durante el aumento del caudal del río Piura.

Asimismo, rechazan que las obras de reforzamiento del dique, valorizadas en más de 53 millones de soles, estén a cargo de la Municipalidad de Piura. Los dirigentes de los distritos de Catacaos y Cura Mori proponen que estos trabajos sean asumidos por el proyecto especial Chira Piura, quien es el encargado del mantenimiento de la infraestructura hidráulica en la región.

La violenta incursión policial ocurrió al promediar las 2.30 p.m. de ayer lunes, precisamente en el kilómetro 980 de la carretera Panamericana, muy cerca del campamento de damnificados a donde fueron reubicados luego de perder sus viviendas tras la inundación.

Tras agotarse el diálogo y fracasar la intermediación del jefe de la oficina en Piura de la Defensoría del Pueblo, César Orrego Azula, la policía retiró las ramas, arena y llantas que usaron los manifestantes para interrumpir la vía de comunicación.

La resistencia de la población motivó el uso de gas pimienta y enseguida el arrojo de bombas lacrimógenas contra los hombres y mujeres que se encontraban a los alrededores y que tuvieron que huir para escapar del efecto. Tras los hechos, se detuvo a cinco personas.

La intervención policial mereció el rechazo del congresista piurano, Hernando Cevallos, a través de un pronunciamiento público.

“Rechazamos rotundamente las acciones violentas que realizó la PNP contra los pobladores del Bajo Piura, quiénes cansados de tanto engaño e indiferencia por parte de las autoridades, protestaron por una verdadera reconstrucción. Los damnificados del El Niño Costero, demandan mejores condiciones de vida porque continúan viviendo en medio de arenales y sin acceso a los servicios básicos. Situación que, a más de dos años, la ARCC no logra resolver”, sostuvo.

De otro lado, el parlamentario manifestó que la protesta de la población tiene asidero porque se les pretende ejecutar obras temporales para protegerlos de las crecidas del río Piura. Es preciso señalar que luego de dos años de la inundación, para la ciudad se asignó más de 260 millones de soles para la construcción de defensas ribereñas definitivas.

En el caso del Bajo Piura, únicamente se asignó 53 millones de soles para obras preventivas y definitivas.

En un intento de poner fin al conflicto social, el parlamentario piurano Luis López Vilela comunicó que en diálogo con el director de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC) se acordó dejar sin efecto el uso de geobolsas como una de las medidas de protección del dique izquierdo

Sin embargo, desde la ARCC no se confirmó esta información brindada por el parlamentario. Se espera la llegada de Nelson Chui a Piura para definir el tipo de solución técnica que proteja al Bajo Piura.

Como se informó, en la visita de la Ministra de Agricultura, Fabiola Muñoz, se acordó que en diciembre empezarían los trabajos de reforzamiento del dique izquierdo.

Un grupo de especialistas piuranos haría los términos de referencia para la licitación de los trabajos, en los cuales se podrían incluir todo el tipo de mecanismo de protección, tales como geobolsas, enrocado o colocación de gaviones.

En tal sentido en la reunión con la ministra no se descartó el uso de las geobolsas como técnica de trabajo. Las geobolsas son mallas de plástico de alta resistencia que sirven para almacenar arena. Después de un sellado, se colocarían sobre el dique para darle mayor altura y evitar el desborde en caso de inundación.

En la práctica, una geobolsa podría reemplazar a más de 30 sacos de arena, pero con un material geotextil de mayor resistencia al paso del tiempo.